Archivo mensual: noviembre 2010

Dos tiernos gorriones

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He podido observar que muchas personas  son muy dadas a decirse «te quiero» o «t.q.m.», como suelen poner en los sms o correos que a menudo se envían. Da igual que al destinatario le hayan conocido la tarde anterior o sea un amigo de toda la vida. Me asombra la facilidad con que exteriorizan un sentimiento tan importante y -la mayoría de las veces- tan poco duradero en el tiempo. No  estoy muy segura de que realmente entiendan la magnitud de esas tres sencillas  palabras.

El «carpe diem» es su consigna y las vicisitudes o el sufrimiento no  entran en su concepto de  existencia. Hay que disfrutar el instante sin pensar en el futuro, por muy próximo que esté. Parece que la vida se les fuera a acabar unas horas después. Lo más curioso es que viendo las estadísticas, cada año aumenta el porcentaje de separaciones o divorcios.

Se han escrito muchísimas palabras sobre lo que es el amor. Borges decía que «Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única». A un autor anónimo se le atribuye la frase » Amor es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad».

¿Cuál sería su definición?  Creo que cada uno debe encontrar la suya, mas, por encima de todo, el amor debería ir   ligado a la entrega y a la lealtad.

Los protagonistas del cuento de hoy no son los amantes de las películas americanas, pero el suyo es un amor limpio y sin prejuicios.

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Ensalada con queso de cabra

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Una ensalada muy sencilla, de fácil preparación y apetitosa.
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Pinchos de pollo con sésamo

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Hoy, dos platos sencillos y de fácil preparación, para los que son poco expertos en la cocina:  Ensalada con queso de cabra y pinchos de pollo con sésamo. Quedan muy sabrosos y son perfectos para una cena.

 

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La pluma

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Me encanta Ismael Serrano, aunque mi hijo no lo crea. Las letras de sus canciones me parecen fantásticas y a menudo me siento identificada con muchas de las cosas que dice.  «Sucede que a veces» es una de ellas. Ciertamente en algunas ocasiones la vida mata y te encuentras solo, sin rumbo, sobre todo si esa puñalada trapera del destino te llega en la adolescencia y te trunca los sueños. Sin embargo, tanto  lo malo como lo bueno tiene fecha de caducidad y aunque el humo a veces  ciega los ojos, siempre ocurre algo que transforma, para bien, nuestro futuro.

De la misma canción, me gustan especialmente estos versos: «Pero sucede también que sin saber cómo ni cuándo, algo te eriza la piel y te rescata del naufragio».

El cuento que os dejo hoy trata sobre eso: de cómo a veces el hecho más insignificante puede cambiar nuestra vida. Sólo hay que ser capaces de verlo.


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Tarta de queso y arándanos

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Esta exquisita receta la preparé para celebrar el cumpleaños de mi hijo mayor. No sólo es vistosa, sino riquísima y nada complicada de realizar.

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Tarta de puerros

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Hoy os dejo una recta muy fácil de realizar porque no tiene ninguna complicación.  Queda muy vistosa y sabrosa.

Ingredientes:

  • Dos láminas cuadradas de hojaldre.
  • Una lata de paté La Piara.
  • Tres puerros medianos.
  • 25 gr.  de mantequilla.
  • Dos pechugas de pollo pequeñas o una grande.
  • Salsa de soja.
  • Ocho lonchas de queso a gusto (Havarti, manchego suave, Cheddar… etc) si son de tamaño grande. Para las de tipo «sandwich», emplearemos doce.
  • Un huevo.
  • Una pizca de sal.

Preparación:

  1. Limpiar los puerros en agua fría, retirarles la parte más verde (que no se usa en esta receta) y  trocearlos en rodajas finas.
  2. Partir las pechugas de pollo en daditos o tiras. Añadirles dos cucharadas soperas de salsa de soja y dejar macerar 10 minutos.
  3. Poner a calentar la mantequilla en una sartén antiadherente y colocar los puerros troceados. Sofreirlos  unos cinco minutos. Retirarlos a un plato.
  4. En la misma sartén, saltear los trozos de pechuga. Si es preciso, añadir un poco más de mantequilla. Cuando estén cocidos, incorporar los puerros y mezclar. Salpimentar a gusto (ojo, muy poca sal, ya que la salsa de soja es salada) y dejar dos minutos más.
  5. Untar sobre  una  de las dos láminas  de hojaldre la mitad de la lata de paté y colocarla en una placa para horno o  bandeja cuadrada (o rectangular) tipo Pyrex, que sea bajita.
  6. Disponer la mitad de las lonchas de queso sobre el paté untado, el pollo ya salteado con los puerros, que habremos dejado enfriar y las demás lonchas de queso, formando tres capas.
  7. A la segunda lámina de hojaldre  untarle el resto del paté  y colocarla  encima, con la parte del paté sobre el relleno. Unir las dos láminas enrollando la de abajo sobre la de arriba, haciendo un pequeño dibujo con los dedos.
  8. Un vez cerrada, pintarla con huevo batido e intruducirla en el horno previamente calentado a 180º. Dejarla cocer una media hora aproximadamente.

Como veréis por la foto, sale buenísima.  Las cantidades indicadas son para seis u ocho comensales, porque resulta muy «consistente». Si se  acompaña con una ensalada de hojas verdes variadas, resulta una cena deliciosa.

El relleno de la tarta se puede variar a gusto, pero si alguno de los ingredientes resulta pesado o seco, siempre hay que compensarlo con otro que sea más ligero. Admite toda mezcla sabores (salado y dulce), incluso frutos secos picados finamente. También puede estirarse con el rodillo la masa de encima y cortarle algunas tiras para decoración (antes de untarle el paté y de colocarla para cerrar la tarta) dándoles forma de «enrejados», «hojas»…

¡Ah! Si digo la marca del paté no es por hacerle publicidad, sino porque tiene un sabor muy característico y sabroso. Con otros no sale igual.

¡Espero que la disfrutéis!