«El Sukiyaki es un plato japonés que consiste en láminas finas de carne cocidas a fuego lento en la mesa, junto con vegetales y otros ingredientes»
Esa es más o menos la definición que hace la Wikipedia de este sencilla y sabrosa receta. Vendría a ser algo parecido a la tradicional «Fondue de carne», sólo que en lugar de aceite para freír la carne se utiliza un caldo suave de ave. Y se toma primero la carne y después las verduras con arroz en el sabroso caldo que queda.
Vamos a empezar por los ingredientes necesarios para prepararla. En este caso serían para CUATRO PERSONAS.
- Un trozo de redondo de ternera de entre 700 – 800 gr.
- Un puñado de arroz por comensal.
- Aceite de oliva.
- Dos huevos para preparar la salsa mayonesa. O si se prefiere, se puede comprar un bote de la que venden ya hecha, a gusto de cada casa.
- 100 gr. de champiñones.
- Una lata pequeña de maíz cocido.
- Dos zanahorias medianas.
- Salsa de soja.
- Para preparar las salsas: Una lata de anchoas, una lata de atún en aceite de oliva, algunas alcaparras, mermelada de fresa, salsa HP, salsa Lea Perrins, Ketchup, yogur natural, queso azul o Roquefort.
Vamos a empezar por la carne. Tenemos dos opciones. La primera y más económica es pedir al carnicero que nos corte un trozo de redondo de ternera de entre 700 y 800 gramos. Ya en casa lo dejamos en el congelador, a -20º, unas tres horas, hasta que esté duro, pero no congelado del todo. Sacamos la pieza y con un cuchillo bien afilado vamos cortado láminas finas y las colocamos en el plato de cada comensal.
La segunda opción es comprar la carne ya cortada como para preparar «carpaccio». La diferencia de precio es notable. Pero hay quien prefiere comodidad a economía.
Vamos ya a preparar las diferentes salsas que acompañarán nuestro plato. Para ello comenzaremos haciendo nuestra mayonesa casera. Vamos a echar en el vaso de la batidora el aceite de oliva, los dos huevos, un poco de sal y el zumo de limón recién exprimido, que hará que las posibles bacterias o gérmenes que haya no se reproduzcan. Metemos la batidora hasta el fondo y comenzamos a batir a velocidad lenta, sin mover el brazo, hasta que veamos que empieza a emulsionar la mezcla. Batiremos unos minutos hasta que empiece a tomar consistencia, entonces comenzamos a mover lentamente hacia arriba y hacia abajo, sin dejar de batir, la batidora, hasta que tengamos la mayonesa lista. Lo mejor es probarla por si hay que corregir el punto de sal.
Para nuestro Sukiyaki preparamos estas salsas:
- Salsa de mayonesa con mermelada de fresa:
Poner en un cuenco cuatro cucharadas grandes de mayonesa, dos cucharadas de postre de mermelada o confitura de fresa y unas gotas de salsa Lea Perrins. Mezclar bien y lista para servir.
2.- Salsa de anchoas:
Poner en el vaso de la batidora las anchoas con su aceite y una cucharada de alcaparras bien escurridas. Batir hasta que quede como una pasta. Poner el contenido en un cuenco, añadir cuatro cucharadas grandes de mayonesa y mezclarlo todo bien. La salsa está lista para servirla.
3.- Salsa rosa:
Esta salsa es muy simple de preparar. En un cuenco ponemos cuatro cucharadas grandes de mayonesa y una o dos de ketchup. Mezclamos bien y lo probamos, para añadir más ketchup si fuera necesario.
4.- Salsa chimichurri:
Esta salsa la compramos ya preparada en el supermercado. Sirve para aderezar muchos platos de carne, tanto cocida (como en nuestro caso) como a la brasa. La receta original nadie la conoce, pues amigos argentinos que tengo la hacen de forma similar, pero añadiendo «su ingrediente secreto» que sólo conoce cada uno de ellos. Yo probé la que venden en Mercadona y es bastante aceptable. Os la recomiendo.
5.- Salsa de atún, alcaparras y aceitunas:
También es muy fácil de preparar. En el vaso de la batidora ponemos el contenido de una lata de atún en aceite de oliva, con una cucharada de alcaparras bien escurridas y 10 ó 12 aceitunas negras deshuesadas. Lo batimos hasta que quede como una pasta. Ponemos en contenido en un cuenco y añadimos cuatro cucharadas grandes de mayonesa. Mezclamos bien y probamos, por si hiciera falta añadir algo de sal. Lista para servir.
6.- Salsa de queso Roquefort:
En un plato hondo machacamos el queso con un tenedor. Lo ponemos en el vaso de la batidora junto con medio yogur natural, al que habremos quitado todo el líquido y lo trituramos con la batidora hasta que quede una pasta fina. Lo ponemos en un cuenco con cuatro cucharadas de mayonesa y lo mezclamos bien. Lista para servir.
Una vez listas las salsas las dejamos en la nevera hasta el momento de servirlas.
Ahora vamos a preparar las verduras con las que finalizaremos nuestro Sukiyaki. Limpiamos los champiñones y los cortamos en láminas finas. Pelamos las zanahorias y las cortamos en tiras pequeñas y finas. Escurrimos el maíz. Cada verdura la colocamos en el cuenco donde la vayamos a servir, la tapamos con film transparente y la guardamos en la nevera.
Ahora vamos a preparar el arroz blanco que serviremos junto con las verduras al acabar la carne.
Hemos calculado un puñado pequeño por comensal, es decir, entre 30 y 50 gramos. A mi me gusta tostarlo en aceite de oliva antes de añadirle el agua hirviendo. Pero como es simplemente un arroz blanco, cada cual puede prepararlo según lo haga habitualmente.
Y con todos los ingredientes listos sólo nos queda poner la mesa.
La forma de tomar el Sukiyaki es muy curiosa. Con pinchos largos (los que se utilizan normalmente con la fondue) tomamos una pieza de carne, la pasamos por la salsa de soja, que habremos puesto en cuencos en la mesa, y la metemos en la cacerola que tendrá el caldo hirviendo. La dejamos el tiempo necesario para que se cueza (es decir, un momento). La sacamos y la pasamos por la salsa que nos apetezca, que previamente habremos colocado en nuestro plato. Yo tengo una vajilla especial para la fondue que, como veis en la foto, tiene unas separaciones para colocar la carne y las diferentes salsas.
Cuando hayamos terminado toda la carne, tomaremos el caldo que queda, que estará sabrosísimo, con los toques de salsa de soja que tendrá después de haber ido cociendo cada trocito de carne. Primero añadiremos las verduras al caldo y las dejamos tres o cuatro minutos. No quedarán cocidas del todo, ya que el caldo no está hirviendo, pero si crujientes y calientes.
En cada cuenco individual pondremos un poco de arroz blanco y una cazo con caldo y verduras. Se le puede añadir una yema de huevo cruda pero nosotros no solemos hacerlo. Y a comer la segunda parte del plato. Os aseguro que está buenísimo.
Esta receta es para degustar con tranquilidad y, sobre todo, cuando no haga demasiado calor. ¡Que os aproveche!