Los caracoles son uno de los platos más típicos de la cocina mallorquina. Su preparación es fácil, pero laboriosa y requiere su tiempo, sobre todo si hay que limpiarlos durante varios días. Aunque ahora resulta mucho más cómodo, porque se pueden encontrar en algunos supermercados ya limpios y congelados. Eso es lo que hemos hecho en esta ocasión, por dos cuestiones: la primera porque son de invernadero y así tenemos la garantía de que no han comido hierbas con pesticidas. Y la segunda porque nos facilita el trabajo.
En Mallorca los acompañan con»all i oli». En casa les encanta, pero como es muy calórico, esta vez los hemos servido tal cual. El caldo está tan bueno, que en mi opinión no les hace falta ninguna salsa.
Esta receta tan rica he aprendido a hacerla gracias a mi amiga Polita, una cocinera excepcional. Y le doy las gracias por permitirme compartirla con vosotros.
Ingredientes:
- Un paquete de caracoles congelados de 2 Kg.
- Un cuarto de pollo troceado.
- Un cuarto de conejo troceado.
- 300 gr. de costilleja de cerdo troceada.
- Dos butifarrones.
- Una punta grande de jamón serrano que no esté muy seca.
- Un ramillete de hierbas aromáticas (hinojo, mejorana, hierba luisa -«Aloysia trphylla»-)
- Dos o tres hojas de laurel.
- Dos cebollas blancas.
- Dos o tres tomates pelados .
- Dos patillas de caldo «Gallina blanca» (Son de caldo de ave, para contrastar el sabor)
- Sal, pimienta.
- Un vasito de vino blanco (unos 200 cc)
- Aceite de oliva.
Aquí se pueden ver los caracoles sacados de la bolsa, una vez descongelados.
Nosotros utilizamos tomate casero que hacemos cada año. Se conserva magníficamente y guarda todo el sabor de los tomates en su punto de maduración.
Las carnes cortadas deben lavarse y secarse cuidadosamente con papel de cocina.
Preparación:
En una cazuela de barro ponemos el aceite de oliva y añadimos las dos cebollas, cortadas en «brunoise»
Cuando la cebolla esté pochada, añadimos el tomate pelado (si fueran tomates frescos) y troceado (como en nuestro caso)
Lo dejamos cocer a fuego lento.
Mientras tanto, vamos a preparar los caracoles. Los limpiamos bien. Para ello, ponemos agua fría en una cacerola y les damos un hervor (cuando rompa el agua a hervir, los dejamos tres o cuatro minutos) y tiramos el agua.
Metemos los caracoles con las hierbas aromáticas y llenamos de agua limpia la olla dejando que los cubra. Deberán hervir más o menos una hora,
Mientras hierven los caracoles, continuamos con nuestra receta. La cebolla y el tomate estarán bien cocidos ya y es el momento de añadir las carnes, los butifarrones y la punta de jamón serrano troceada.
Dar un par de vueltas a las carnes con el sofrito y añadir las dos pastillas de caldo de pollo.
Ahora incorporamos el vino blanco y las hojas de laurel y lo dejamos cocer unos minutos, hasta que evapore el alcohol.
Una vez hervidos los caracoles, los sacamos de la olla y los echamos a la perola de las carnes, junto con el caldo de la cocción colado, que tendrá todo el gusto de las hierbas aromáticas. Salpimentamos.
Como me gusta mucho el sabor de las hierbas, yo las dejo cocer unos cinco minutos más con los caracoles y las carnes, para que se mezclen los sabores.
Transcurridos los cinco minutos, sacamos las hierbas y dejamos que cueza todo una media hora o un poco más, hasta que las carnes estén bastante tiernas. Probamos el punto de sal. ¡Y listos para comer!
Y para acompañarlos, nada mejor que un buen vino tinto tempranillo.